sábado, 30 de agosto de 2008

IMAGEN VISUAL

Desde la ventana entreabierta se huelen en el jardín los jazmines, y en el balcón los geranios. La calurosa mañana a cuadros se cae sobre las tazas y el mate.

La maceta con el ficus se luce junto a la ventana. “Una casita blanca que tenga el sol en el patio...”, se escucha en la radio, como una flor perpetua siempre encendida y de fiesta.

Tu tabaco y mis libros en el estante colmado con viejas historias de guerreros, de aventuras, de disputas, y de tanta palabra junta que juega a la rueda con las letras, y se convierten en añejos sueños en sepia, a veces de seda y otras, de arpillera.

El atril en un rincón y los pinceles a su lado, siempre a su lado, aunque se resistan con animosidad al logro de la pintura.

Un periódico deshojado se queja sonoramente.

El tejido a medio hacer, atravesado por dos aceros, como un corazón herido, esperando a alguien para arribar a buen término.

Una caja con pasadas tempestades, algunos buenos recuerdos, y de los otros... en un rincón del placard.

Un tapiz con sueños nuevos, el ordenador encendido y unos versos atrapados, que deliran abrazos y rimas con vida propia.

Aroma a torta en la casa. Domingo en preparativos. Olor a enero y a playa. Ruido verdoso y salado, a mar , a espuma de caracoles y algún barrilete rezagado, al que se le olvidó morir.

El gato de terciopelo y su sueño matinal estirando el mediodía.

El perro apoltronado en un almohadón del living. La foto de los abuelos
junto a la lámpara. El señor tiempo en agujas listo para atronar en el dormitorio.

Florece en el botiquín, ramillete de cepillos de todos los colores.

Juguetes en el piso, algún póster con melena, un par de zapatillas que sonríe todo el tiempo.

La pelota. El moño rosa que ha vuelto a perder a su trenza, una caña de pescar. La bicicleta.

Baila, volando al compás del pensamiento, el volado vaporoso de la cortina sobre los vidrios que me reflejan…

Los hijos, los nietos, en el hogar.
Y en nuestros sueños.

Norma Aristeguy