lunes, 27 de febrero de 2012

NOCTURNO


 Trabajo en colaboración con los artistas españoles: Sussy Mateo y  Ezu 



                         Cerrar la ventana. Recogerse. Entregarse a la noche, a sus
misterios, a sus sorpresas. Inclinarse al silencio y a la maravilla de la intimidad. Correrse del anhelo y  la mirada huracanada de los otros. Gritar desde los pensamientos.
                              Acallarse. Reposar.
                      Sentir al alma despojarse, llorar, reír, acomodarse a ella y acurrucarse en el sueño de los hijos. Arropar su indefensión, su ingenuidad y amarlos, amarlos a solas, al tenue aliento de sus boquitas siempre infantiles, aunque sean ya hombres o mujeres.
                        Todo calla. El mundo es nuestro. Sin la intromisión de la verdad ajena, del juicio sin valor.
                         Soledades que bailan en recuerdos a nuestro alrededor, sólo porque son invocados, invitados a la orgía nocturna de imágenes somnolientas.
                         Observar la larga fila de sombras en el techo de la casa que nos cobija  y dejarnos llevar por el mundo de las ideas. Recordar...
                          Envolvernos al abrigo íntimo de la fantasía,  en un hilo finísimo que sólo teje la oscuridad  del futuro, travieso y agazapado, inevitable y de groseras dimensiones.
                          Sostenido compás de espera  hacia la desintegración. Pero no hoy, ni ahora.
                          Me estiro perezosamente en la danza  quieta y sensible de algún ruido lejano.
                          El bostezo precede a la entrega. Me dejo llevar.
                          Dormir, con el permiso de nadie.
                          Recién mañana volveré a abrir la ventana y compartiré otra bocanada de luz  y de espacio, en el cotidiano y soleado deambular.


                                                                     NORMA ARISTEGUY